De Aneto al embalse de Llauset
Altimetría de la subida al embalse de Llauset. Puerto que se sitúa al noreste de los Pirineos aragoneses. No es el mismo «seco y duro noreste» que cantaba Ángel Petisme en su ‘Tranvía verde’. La subida es dura por acumulación, pero se lleva bien porque es muy constante y no tiene picos muy altos de pendiente. Pero sobre todo no es un terreno seco. Auténtica alfombra verde, praderas interminables entre las sierras d’Evangelis, Chinestás y Sarronera.
Estás en Aneto. ¡Ojo! En la localidad, no en el pico. Estaría bien empezar una puyata en el pico, aunque al paso que vamos, lo mismo en unos años tenemos autovía hasta la cima del techo de los Pirineos (desgraciadamente). El puerto empieza en el inicio de la carretera que te acerca al pueblo. Y lo curioso es el acceso hasta el inicio de la subida. La carretera nacional que sube hacia Vielha, serpentea entre Aragón y Cataluña como si estuviera jugando a la ‘Rayuela’.
La presa del embalse de Llauset, data de principios de los años 80. Imponente con sus más de 80 metros de altura (ochenteame otra vez) es punto de salida para acceder al refugio del Cap de Llauset o picos con más de 3.000 metros de altitud como el Vallibierna. La carretera que sube hasta allí (por llamarla de alguna manera) parece no haber tenido mantenimiento desde entonces. Subida recomendable para BTT (sin problemas) y bicicletas de gravel. Con la de carretera no lo intentes porque sufrirás bajando.
Es una subida que no conocía y me sorprendió para bien. Tiene aspecto de gran puerto en una gran vuelta. Largo y con pendiente muy constante y llevadera, de las que se suben ‘a plato’. Terreno muy abierto, casi no vas a tener sombra en toda la ascensión.
Una vez pasado el pueblo de Aneto, las vistas que tienes sobre la parte baja del valle de Barrabés (sí, además de una tienda de ropa de montaña también es un valle) son oro molido. Después de llevar algo más de cinco kilómetros por encima del 7% de pendiente media, vas a respirar un poco. Te viene un descansillo al pasar por las bordas de Nestuí. De aquí hasta la cima la pendiente se mantiene rondando el 8% todo el rato.
Y la sorpresa final: kilómetro y medio de túnel para llegar al embalse de Llauset, que es la cima del puerto. Allí en tierra de nadie, en lo que parecen terrenos sin patria ni dueño. Le da un toque muy chulo a la subida. Está iluminado casi en su totalidad y quitando algún pequeño agujero está en buenas condiciones. Es una sensación muy chula coronar el puerto y ver aparecer el embalse nada más salir de la oscuridad del túnel.