Puerto mítico ganado a pulso
Se podría decir que se trata de un ‘clásico moderno’, si hablamos de grandes puertos que son llegada de etapa en ‘Le Tour de France’. Los míticos puertarracos que todos esperamos que se incluyan en el recorrido de ‘La Grande Boucle’. En este 2025 tenemos la suerte de que Hautacam sale a jugar el partido, así que había que escribir unas líneas.
Lo primero que me ha llamado la atención buscando información sobre el puerto es que ‘sólo’ ha sido final de etapa seis veces. Y digo ‘sólo’ porque en mi mente lo recordaba año sí, año no, en el recorrido del Tour. Lo mismo es por las etapas épicas que se han vivido cuando Hautacam entraba en juego.
Se estreno en 1994, donde Miguelón fue destrozando a todo el quisqui sin ni siquiera levantarse del sillín. Como si de una crono llana se tratara (recuerdo que ese año se produjo la carnicería de Bergerac, que se lo digan a Armstrong) el ciclista navarro, ‘a ritmo’, fue reventando uno por uno a todos sus adversarios (incluido un joven Marco Pantani). La etapa la ganó Luc Leblanc, pero eso es lo de menos.
En el 96, la etapa la ganó Bjarne Riis, al igual que el Tour de aquel año. En esta ocasión el que reventó fue Indurain, que no pudo con el ciclista danés, ni consigo mismo. De lo ‘cargado de fuerza’ que podía ir Riis no digo nada, porque ya lo dijo todo (o casi todo) el mismo.
Hasta ahora son etapas que tengo presentes por recordar o saber de ellas gracias a ‘Youtube’, o puede que por algún programa de ‘Conexión Vintage’, que es de lo poco decente que queda en la tele pública. La que recuerdo perfectamente es la que ganó Javier Otxoa en el año 2000 con Lance Armstrong pisándole los talones. Decir victoria épica se quedaría corto. Curiosamente no recordaba la victoria de Juanjo Cobo en 2008, en lo que era la vuelta del coloso pirenaico a la alta competición después de ocho años ausente. Resulta que no lo recordaba porque la victoria fue para el italiano Leonardo Piepoli, que sancionado por dopaje la perdería en favor del ciclista cántabro. Lo que ya no sé, es si Cobo sigue manteniendo esa victoria, porque su carrera daría para un curioso libro.
Más recientes son las victorias de dos súper clases como el tiburón Nibali (que bueno era éste) en 2014, y Jonas Vingegaard en 2022. Si no pasa nada raro, en este 2025 tendremos a Pogaçar levantando los brazos con victoria de etapa y record en el tiempo de subida. Al escribir esto, ya me ha dado curiosidad por saber quien tenía el record. Resulta que Bjarne Riis en aquella etapa de 1996. ‘Sobrado de fuerza’ andaba aquel año el danés…
En lo personal (que he venido a hablar de mi libro) habré subido tres o cuatro veces hasta la cima de este puerto. O más arriba, porque se puede alargar la subida algo más de un kilómetro hasta coronar el col de Tramassel. Todas ellas se me hizo bola. Tiene algún que otro repecho cabrón y unos dos kilómetros centrales muy constantes al 10% que te dejan bastante tieso (por lo menos en mi caso). Según los números, son 16 kilómetros al 7,5% de pendiente media si cogemos como referencia la cima de Tramassel. Siempre me da la sensación de que estos números se quedan cortos. Puertarraco con todas las letras.
En cuanto a paisajes, no es que sea un puerto muy bonito, comparando con otros colosos pirenaicos. Es una carretera que te lleva a una estación de esquí, que si algo bueno tiene esto (en lo que a ciclismo se refiere) es que va a estar accesible casi todos los días del año. No me cansaré de recomendar el ciclismo pirenaico en invierno (ya sea en carretera o BTT) y lo bonito que es ascender un puerto rodeado de nieve. Bajarlo, seguramente no lo sea tanto, pero somos ciclistas y estamos hechos para ‘sufrir’.