De Parzán al ibón de Urdiceto
Estás en Parzán, localidad que pertenece al municipio de Bielsa, dentro de la comarca oscense del Sobrarbe. En pleno valle de Bielsa, muy cerca de la frontera francesa y a los pies del río Barrosa empieza una de las ascensiones más duras que se pueden hacer encima de una bicicleta en el Pirineo aragonés y en Pirineo en general.
Algo menos de 11 kilómetros de subida con una pendiente media por encima del 11%, salvando los 1.200 metros de desnivel positivos para llegar a rozar los 2.400 metros de altitud. «¡No hace falta decir nada más!», que diría Schuster. Puertarraco de principio a fin. Y no es el único que sale de Parzán. Desde aquí también subes a Punta Liena y juntando las dos subidas te quedas cerca de los 3.000 metros de desnivel. ¿Te atreves con el doblete?
Si después de esto te quedan piernas, puedes echar la tarde pateando en el circo de Pineta. Se puede acceder en coche hasta lo alto del valle del mismo nombre, junto al Parador, y de ahí acercarte a pie a ver la mítica cascada del Cinca o las cascadas de La Larri. En el valle de Pineta también hay alguna que otra puyata oculta que con el tiempo te mostraremos.
Pero eso será más adelante, que de momento con Urdiceto hay puerto para rato.
El cancaneo empieza desde el principio. «Hola, buenos días, ¿qué tal?» y primer kilómetro por encima del 12% de media. Es algo que se va a repetir durante toda la subida, porque la pendiente es muy alta y bastante constante. Algún descansillo tendrás. Muy pocos, eso sí.
El terreno en esta primera parte es muy cerrado. Vas ganando altura en la zona boscosa de la Avellanera. De principio a fin vas a pedalear remontando el barranco de Urdiceto, que te queda a la derecha durante toda la subida. El suelo tiene tramos con algo más de piedra suelta e incluso alguna zona de cemento rallado, pero en general está en buenas condiciones.
Poco antes de los cuatro kilómetros de puerto te viene el primer gran descansillo, en la zona de Campo Parzán. Aprovecha a coger aire y beber agua porque ya no vas a poder respirar hasta dentro de otros tres kilómetros, cuando llegues a la altura de la central de Urdiceto. Segundo descansillo y te vienen tres kilómetros más rozando el 13% de media, a cielo abierto, hasta llegar al collado, donde la pendiente suaviza hasta llegar al Ibón, que es la cima del puerto.
La vegetación en este último tramo desaparece (si no contamos el pasto de las laderas) y pedaleando por encima de los 2.000 metros le da a la subida un aspecto de terreno lunar que a mí particularmente me gusta mucho. El broche lo pone el Ibón, escoltado por las crestas de punta Fuelsa. ¡Puro espectáculo y sudada máxima!