De Sallent de Gállego a la caseta del Ingeniero
Estás despierto, el viento sopla a favor y ha vuelto a salir de nuevo el sol. Así que coge tu bici y acércate a Sallent de Gállego. El puerto empieza en el mismo pueblo, en la antigua carretera que sube a Formigal y la pista llega casi hasta el Ibonciecho. Un ibón que, dicen, tiene forma de corazón. Para saber si es verdad, tendrás que llegar andando.
Formigal, hormiguero en aragonés. Cuenta la leyenda que antiguamente grandes y blancas formigas (hormigas) poblaban su territorio. Al final del valle vivían los dioses Anayet y Arafita, con su preciosa hija Culibillas. Cuando el temido por todos dios Balaitús, creador de tormentas, quiso pretenderla, Culibillas gritó: «A mí las hormigas». Entonces, estas cubrieron su cuerpo por completo, haciendo que Balaitús huyera asustado. Culibillas se clavó un puñal en el pecho y guardó a todas las hormigas dentro protegiéndolas. Hoy en día es el forau (agujero) de la peña Foratata. ¡Todo esto entra en el examen!
Y ahora, ¡a dar pedales!
Avanzas un kilómetro y coges el desvío a la derecha que te lleva hasta el embalse de La Sarra, donde se detiene el río Aguas Limpias, que baja desde Respomuso. Todo esto pertenece al GR 11 (camino de gran recorrido que cruza los Pirineos). Nada más cruzar la presa, coges el desvío a la derecha. Hasta aquí pisabas asfalto, que pasa a ser pista de tierra (suele estar perfecta, así que para arriba sin excusas). La subida en esta parte es muy tendida, de pendiente regular, y, además, tiene bastantes zonas de sombra. ¡Aquí vas a disfrutar!.
La pista asciende por la Majada del Cambillón y al abrirse el bosque toca fliparse un poco. Te puedes imaginar que eres Gino Bartali, con más de veinte minutos recuperados sobre Bovet y estás pasando por la Casse Désserte, a punto de coronar el Izoard. Salvando las distancias, esta zona del puerto se parece bastante al mítico coloso alpino. De aquí hasta la cima, tres kilómetros que van picando cada vez más.
Pasas varias veces por el barranco de Sancha Collons, por el que baja agua que atraviesa por el Ibonciecho y va a desembocar en el embalse de La Sarra, que se deja ver muy abajo, desde la presa del barranco. Aquí ya tienes que abrir los ojos porque vas a alucinar con las vistas. Más aún al llegar a la cima, superando los 2.000 metros de altitud.
A lo lejos se ve la sierra de la Partacua, destacando Peña Telera. A tu derecha asoma el Arriel. Detrás tienes los picos Musales y Sancha Collons. Camino de la frontera aparecen las pistas de esquí de Formigal. Abajo del todo, como si estuviera protegido por el entorno, queda Sallent, al lado del embalse de Lanuza.