Col de Menté
Situado en el Pirineo francés, en el departamento del Alto Garona, el Col de Menté conecta los valles del Gers y el Garona. Alcanza los 1.349 metros de altitud y una vez en su cima hay una carretera que te sube a la estación de esquí de Le Mourtis, que queda a 1.409 metros. Tiene dos vertientes:
- Desde Saint-Béat (oeste, lado del Garona): es su lado más duro, algo más de nueve kilómetros con una pendiente media bastante constante que supera el 9%.
- Desde Pont de l’Oule (este, lado del Gers): comparte pie de puerto con el Portet d’Aspet. Son 11 kilómetros de subida con una pendiente media de alrededor del 6,5%. Con una primera parte muy llevadera y, después de un descansillo, los últimos siete kilómetros son los más exigentes.
Un habitual del Tour de Francia desde su estreno en 1966, ha sido puerto de paso en más de 20 ocasiones. Curiosamente el primer corredor que lo coronó fue el ciclista español Joaquim Galera. Después de aquello vendrían muchos otros, de la talla de José Manuel Fuente «el Tarangu», Bernard Hinault, Richard Virenque o Laurent Jalabert.
Pero si el Col de Menté está ligado a un ciclista es al mítico Luis Ocaña. Nacido en el pueblo de Priego (Cuenca), tuvo que emigrar a Francia junto a su familia siendo un niño. Ciclista profesional (y de los buenos) entre los años 1968 y 1977, destacan sus victorias en la general del Tour de Francia de 1973 y la Vuelta a España de 1970. Era conocido entre los franceses como «el español de Mont-de-Marsan» y entre los españoles como «el francés de Priego». La que fue su vida bien merece un libro y de hecho lo tiene. Te recomiendo leer ‘Ocaña’ del también mítico periodista vinculado al ciclismo Carlos Arribas.
Nos vamos al año 1971, en plena era Merckx. Por aquel entonces era imposible superar en un cara a cara al «Caníbal». Lo ganaba todo, generales de todo tipo, etapas, grandes vueltas, carreras de una semana, carreras de un día. Su mote lo dice todo, no dejaba nada para los demás. Pues resulta que en aquel Tour, el más fuerte en la carretera era Luis Ocaña. Merecido maillot amarillo con una ventaja de más de siete minutos sobre Merckx, hasta pasar por el Col de Menté. Subían por el lado de Pont de l’Oule y el día era soleado. Al coronar, la tarde se hizo negra comenzando a descargar lluvia y granizo. La tierra de las cunetas se hizo barro y empezó a correr asfalto abajo. Tanta era el agua y tan empapadas estaban llantas y zapatas que ningún ciclista podía frenar. En la primera curva, Merckx, que encabezaba el grupo, se cae y Ocaña va detrás de él. Merckx cayó sobre la hierba y se levantó enseguida, pero Ocaña pegó con la roca y le costó algo más. Cuando se estaba levantando, Zoetemelk, que llegaba por detrás, se lo llevo por delante. Después llegaba Agosthino, que tampoco pudo frenar y se echó encima de los dos. El resultado de todo aquello fue la retirada de Ocaña de un Tour que tenía ganado. Al día siguiente, Merckx se negó a salir con el maillot amarillo que le correspondía tras la retirada del español. Consideraba que no era suyo ya que no se lo había ganado, sino que lo había perdido Luis. ¡Respeto!
Hoy en día, hay un monumento a Luis Ocaña en el mismo Col de Menté recordando aquel suceso con la inscripción: «Lunes, 12 de julio de 1971. Tragedia en el Tour de Francia. En esta carretera convertida en un torrente de barro por una tormenta apocalíptica, Luis Ocaña, maillot amarillo, perdió todas sus esperanzas contra esta roca. Consejo Regional de Mediodía-Pirineos, viernes 9 de agosto de 1991».
Como he dicho antes, Ocaña acabaría ganando la carrera francesa en 1973, pero en un año en el que no participó Merckx. Siempre le quedó la espina de haber superado al «Caníbal» en la plenitud de su carrera. Cosa que consiguió, pero una caída le quitó.