De Cadrete al mirador de las Planas
Mítica subida al mirador de Las Planas desde Cadrete. El puerto maño por excelencia en lo que a camino se refiere. Si eres de Zaragoza o alrededores y te gusta andar en bici, has pasado por aquí seguro. En el cruce del camino La Plana con la calle Río Huerva empieza el puerto.
Cadrete es una localidad zaragozana situada a 12 kilómetros de la capital. Está enclavada entre el curso del río Huerva al oeste (donde se cultiva su reconocido cardo blanco) y los montes de la Plana al este. Precisamente en estos montes se encuentra el conjunto geológico protegido de las Colinas de Cadrete, que son unos curiosos barrancos de origen Kárstico. Ahora pensarás: ¿qué narices es el Karst? Yo también lo he tenido que buscar. Según Wikipedia, una forma de relieve originada por meteorización química de rocas como la caliza, la dolomía o el yeso. Desierto estepario en estado puro.
Y en estas colinas destaca el castillo de Cadrete. Se cree que es de origen musulmán y está rodeado de acantilados de unos 70 metros de alto en casi todo su conjunto, siendo accesible únicamente por su parte sur.
Y después de la clases, a sudar un poco, que desde donde mejor se ve todo esto es desde lo más alto. ¡Vamos con el puerto!
La subida se puede dividir en tres partes en lo que a pendiente se refiere.
La primera es la más dura, sobre todo el primer kilómetro que roza el 10% de media. El terreno en esta zona está asfaltado, cosa que ayuda bastante. Dejando el castillo a la izquierda y después de otro kilómetro al 8% de media, llegas a la parte central de la ascensión.
Te viene poco más de un kilómetro de descansillo puro y aquí el suelo ya es 100% tierra aunque en perfecto estado, cosa que sigue ayudando bastante. Con algún pequeño tobogán y con tiempo para coger fuerzas alcanzas la parte final de la subida.
Algo menos de kilómetro y medio donde la pendiente vuelve a subir, pero no excesivamente. Quizá lo peor de este puerto sea el calor, sobre todo en verano, ya que la vegetación es muy escasa y el sol pega de pleno. ¡Polvo, niebla, viento y sol!
Una vez en la cima, te aparece un ejército de molinos, ya eliges tú si quieres ser Sancho o don Quijote. El mirador te queda a la izquierda. Acércate y verás como las cosas se ven siempre mejor desde lo alto.