Reto Inés 2022 de Formigal a Cerler
La historia es unir las estaciones de esquí de Aramón Formigal-Panticosa y Aramón Cerler, en un recorrido exigente de bicicleta de carretera. Buscando toda la dureza posible fuera del recorrido convencional. Lo que viene a ser ‘rodeando’ para pasar por todos los puertos de montaña posibles sin repetir ninguno ni hacer bucles ‘muy extraños’.
El resultado es una ruta de 230 kilómetros con algo más de 5000 metros de desnivel acumulado. Aprovechando estos datos, pedaleé dentro del RETO INÉS 2022. Consiste en superar los 5000 metros de desnivel en un recorrido libre y así dar visibilidad y luchar contra la leucemia infantil. ¡Haz qué dar pedales tenga sentido!
La salida es el parking de Sextas de la estación de esquí de Formigal. Descendiendo el valle de Tena (también llamado el paraíso) pasas por el alto de Sandiniés y el de Hoz de Jaca. Este último bastante conocido por la marcha cicloturista ‘Quebrantahuesos’. Puertos cortos pero con alguna rampa que pica para empezar a entrar en calor.
Una vez en Biescas, afrontas la subida al mítico Cotefablo. Puerto de paso bastante utilizado por la Vuelta a España y un fijo de la marcha cicloturista ‘Treparriscos’. El túnel de su cima sirve para dejar atrás la comarca del Alto Gállego y entrar en la del Sobrarbe.
Te viene un largo descenso (con algún repecho) hasta llegar a Sarvisé, dónde empieza el bonito puerto de Fanlo. Ojo con éste porque empieza muy suave pero termina con tramos de pendiente bastante fuertes. Lo encadenas con el alto de Vió, donde tienes el mirador más chulo de toda la ruta, el del cañón de Añisclo. ¡Espectáculo puro!
Otro largo descenso hasta Escalona pasando por ‘Puyarruego beach’, donde tienes las pozas más conocidas del Sobrarbe. Para y pégate un remojón que te lo estás ganando. Además el agua viene directa del cañon, limpia y cristalina.
Coges dirección Laspuña, pueblo navatero por excelencia, para subir al alto de Ceresa. Puerto poco conocido y ‘muy cabrón’. Pica más de lo que dicen los números y se hace más duro de lo que parece. Rodeando la mítica peña Montañesa, sales a la carretera nacional para afrontar el collado de Foradada, que será el séptimo puerto de la ruta.
Dejas atras el Sobrarbe y pasas a rodar por la comarca de la Ribagorza. Quizá el tramo más ‘pestoso’ del recorrido sea éste. Collado de Foradada y el puerto de las Vilas del Turbón se hacen por carretera ancha y a cielo abierto. Aquí el sol pega con fuerza. También te digo que ver la silueta del Turbón hace que se te quiten todos los dolores. ¡Montaña mágica y muy bonita!
La siguiente subida es Bonansa. Puerto muy llevadero y recogido que remonta el valle del río Isábena. Te va a molar mucho pasar por el congosto de Obarra. Después de un peligroso descenso (con cuidadín), vuelves a coger la carretera nacional para afrontar la subida al col de l’Espina. Pasando por Laspaúles lo encadenas con el col de Fadas. De esta zona te va a gustar todo, la carretera, el entorno y las vistas que tienes conforme vas ganando altura.
Ya ‘sólo’ te queda coronar el puerto de Liri (del que recuerdo que el último kilómetro era al 11% de media) y pedalear paralelo al río Ésera, dejando atrás Benasque, para afrontar el último puerto del recorrido. Subida al pueblo de Cerler para terminar en el parking de la estación de Aramón Cerler.
Me parece que queda una ruta de narices. Larga, dura y sobre todo muy bonita. Por el perfil sería la clásica del Pirineo Aragonés. Una ‘clasicaza’ de la leche que quedaría chula en el ciclismo profesional. Por logística no sería muy complicado ya que tanto la llegada como la salida disponen de espacio suficiente para montar todo el ‘tinglao’. De hecho, entre Formigal y Cerler (en todas sus versiones) suman 17 finales de etapa en la Vuelta a España. ¡Poca broma! Por historia no será. Hay dejo la idea (por soñar tampoco va a ser).