De Zuriza al barranco del Mazandú
Estás en el camping de Zuriza, zona alta del valle de Ansó, donde se podría decir que nace el río Veral. Remontando el barranco de Petraficha sale la mítica pista de Tacheras. Ahí empieza el puerto, que se puede dividir en dos partes en lo que a pendiente se refiere. Muy flojita hasta el parking, situado en el plano de Tacheras, y picando de ahí hasta la cima.
Zona de paso del GR-11, en el entorno se encuentra un edificio que fue casa cuartel del Cuerpo de Carabineros, levantado en el siglo XIX para el control de mercancías entre España y Francia. Por otro lado, en los años posteriores a la Guerra Civil, el entorno de Zuriza fue uno de los territorios utilizados por los maquis para asentarse en la zona del Pirineo.
Además, en las zonas altas de estos valles del Pirineo contamos con la presencia de ejemplares de oso, aunque ya te digo que es prácticamente imposible encontrarse con uno. Nos temen más de lo que podemos temerles nosotros a ellos. Lo curioso del oso es que tiene una vista pésima y se guía por el olfato. Nos huelen a kilómetros de distancia y huyen de nosotros, así que sumando lo que yo sudo con el olor que desprendo puede que no tenga la suerte de ver un oso en libertad en mi vida.
¡Vamos con el puerto!
La primera parte de la subida se hace por pista ancha, con una pendiente media que no va a pasar del 3%. Aquí lo importante es levantar la cabeza y mirar el espacio que te rodea. ¡Ojito por dónde estás pedaleando! La imponente sierra de Alano te queda a la derecha durante toda la subida. Entre sus agujas y las aguas del barranco se encuentra uno de los tesoros de la zona. Vas a descubrir el que es considerado como el único hayedo puro que hay en Aragón. Los colores ocres que alcanzan en otoño en contraste con los verdes de las coníferas y pastos son un espectáculo.
Vas consumiendo el camino y vas conociendo el percal. Pasado el parking, la pista se estrecha un poco, pero se sigue manteniendo en perfecto estado. Con pendiente alta y dejando atrás el bosque, vas ganando altura mediante curvas de herradura hasta llegar a la cima del puerto, a cielo abierto. El barranco de Mazandú te queda justo delante.
«Si algo te gusta y puedes hacerlo, hazlo. Por respeto a ti mismo y por respeto a los que quieren hacerlo y no pueden».