De Agüero a La Osqueta
De Agüero al paso, puerto, collado (llámalo como quieras) de La Osqueta. No me digas que no mola, así de primeras, los nombres de ‘Agüero’ y ‘Osqueta’ (vaya tontería acabo de soltar para empezar el texto). Lo que realmente mola es la subida, que tiene de todo menos gente (esto sigue siendo algo positivo desde el punto de vista ciclista).
Poco o nada conocía de la zona y desconocía totalmente la existencia de este gran puerto de paso, que atraviesa la bonita sierra de Santo Domingo por su parte este. Lo de ‘atraviesa’ es literal, porque lo hace por un precioso y ‘oculto’ paso de montaña entre paredes de piedra. Todo ello dentro del conocido como ‘Reino de los Mallos’.
Muy dentro del Reino de los Mallos diría yo, porque al igual que en el más conocido pueblo de Riglos, en Agüero también destacan sus mallos. ¿Y qué narices es un mallo?, te preguntarás. Pues un término aragonés para definir una formación geológica vertical (conglomerado rocoso) que está o aparenta estar exenta (gracias wikipedia). Muy apreciados en escalada, la aparición de estas formaciones, crean un paisaje tan curioso como bonito.
Agüero es uno de esos sitios a los que hay que ir de propio, por allí no se pasa. Por si queda algún despitado, se trata de un pueblo, no de un jugador de fútbol argentino. Sus calles llevaban muchos años de existencia antes de que el ‘Kun’ empezara a marcar goles. A principios del siglo XX contaba con más de 1200 habitantes. Hoy en día, son algo más de 100 vecinos censados los que pasan sus días en esta bonita localidad del Prepirineo oscense.
El puerto es precioso. Como decía antes, lo tiene todo. Después de un pequeño tramo de bajada desde el pueblo, comienzas a ganar altura pasado un barranco, por una pista ancha y en perfectas condiciones. Pedaleas muy suavemente durante algo más de tres kilómetros, ya que la pendiente es muy moderada. Al coger un desvío y cambiar de pista, justo antes de San Felices, la cosa se complica en lo que a pendiente se refiere.
El mítico ‘Lentil de Panti’ me contó la curiosa historia del ‘avión de San Felices’ (además de descubrirme este sitio junto con la también mítica ‘María de Monzón kiooo’, así que si estáis leyendo esto, gracias y mis respetos). Buscando información sobre el pueblo y el susceso del avión, me encontré con el blog de Óscar Martín Estallo. Me moló su forma de contar la historia, así que la transcribo tal cual (gracias):
“ Hasta el año 1999 no contaba ni con alumbrado, ni con agua corriente. Hoy hay instaladas unas placas solares para la luz y hay también instalación de agua de boca. Recuerdo que cuando fueron a instalar la luz le dijo uno de los tres habitantes al instalador : «¡Qué! Habrá cambiado mucho Huesca estos años, ¿eh?».
«Bueno, algo, ¿hace mucho que no baja?» le contestó el instalador.
«¡Bajé para la guerra!» finalizó el paisano. Realmente, ante semejante razonamiento poco más se podía añadir…
No obstante se le aclaró que sí, que desde el 36 sí que había cambiado algo.
Y una historia muy poco conocida pero muy curiosa es la historia del avión de San Felices.
El 13 de marzo de 1969 la avioneta “Cesna 172” salió del Aeroclub de Sabadell, con destino a Noain. Sus pasajeros eran dos industriales de Barcelona que se dirigían a Navarra.
Por lo visto, y a causa de la densa niebla, el aparato acabó estrellado en el paraje “Plandemicas”, en San Felices de Agüero.
Debido a lo escarpado del terreno, una pareja de la Guardia Civil, acompañada de un joven de San Felices, tuvieron que andar y trepar por los montes varias horas, hasta lograr alcanzar los restos. Allí aparecieron muertos los dos industriales y el piloto de la avioneta.
Un miembro de Casa Os Chorches de San Felices me contaba que vino de Barcelona gente muy bien arreglada, con abrigos de pieles, y que finalmente en agradecimiento por haber encontrado los restos de la avioneta, les regalaron varios televisores.
Sin caer en la cuenta de que en San Felices no había luz, por lo cual, aparte de no poder verla; se podría afirmar que San Felices ha sido el primer pueblo que ha tenido televisión antes que luz. “
Volviendo al puerto, algo más de dos kilómetros por encima del 10% de media y picos del 15%, para llegar sudando al collado Abadía. Aquí el terreno se abre bastante, vas a tener vistas guapas (y pendientes algo más suaves) mires a donde mires, hasta llegar al collado Picha (nombre curioso este). El terreno se vuelve a cerrar, para entrar en un sube y baja de pista algo más pedregosa que desemboca en la collada Rasiello. Cruce de caminos (con refugio incluido) que te da la opción de seguir la pista, o coger la preciosa senda pedaleable que va paralela al camino, serpenteando por las faldas de la pared de piedra de La Osqueta. ¡Oro puro! Si eres curioso, en el mismo cruce sale una pista de algo más de un kilómetro de subida picante hasta la punta Saosa. Ya me cuentas que te encuentras arriba…
Una última preciosa curva de herradura anticipa la cima del puerto. Sin llegar a los 1300 metros de altitud, es un balcón brutal al Pirineo.











