
Distancia
18 km

Desnivel
1.218 m

Pendiente media
6,3 %

Km más duro
9,4 %

Altura puerto
1.756 m

Nivel puerto
HC
De Escalona a la montaña de Sesa
Estás en Escalona, pueblo de tradición nabatera. Antiguo oficio que consistía en bajar los troncos de madera de los bosques del Sobrarbe hasta Zaragoza, a través del río Cinca, mediante embarcaciones manuales de madera, fabricadas artesanalmente con los propios troncos. Hace ya algunos años, los vecinos del lugar recuperaron este arte y cada penúltimo domingo de mayo descienden el tramo del río comprendido entre el puente de Laspuña y Ainsa, encima de sus propias navatas. ¡Respect!
El inicio de la carretera de Puértolas, puerta de entrada al cañón de Añisclo, es también el comienzo del puerto. Subida de contrastes, empezando en asfalto y terminando en tierra, de la baja a la alta montaña, y sobre todo de olores y paisajes. Empiezas rodeado de pinos y terminas a cielo abierto a las puertas del Parque Nacional de Ordesa.
La primera parte es bastante llevadera, con una pendiente constante alrededor del 7% de media, exceptuando la llegada a Puértolas, que es algo más dura. Pasas el pueblo, coges el desvío de Bestué y justo en la mitad de la subida, nueve kilómetros más o menos, sale una pista a la derecha que te va a llevar hasta la montaña de Sesa.
La segunda parte es igual de llevadera que la primera, sin pendientes excesivas y con la pista en perfecto estado, irás ganando metros rodeando el Castillo Mayor hasta llegar al collado de la Plana Cantal, que es la cima del puerto.
Recomendable subir en julio, que es cuando el erizón tiñe de amarillo estás laderas. Erizón, abrizón, brinzón, arizón o cojín de monja son algunos de los nombres que recibe este curioso arbusto. Crea las condiciones ambientales para que haya suelo fértil. Permite que las semillas de los árboles y arbustos del bosque (el pino silvestre, el boj y muchos otros) prosperen en su interior, protegidos eficazmente del diente de los herbívoros, del sol, del viento y de otros agentes climáticos desfavorables, favoreciendo el nacimiento de la vida y la regeneración natural de los ecosistemas degradados.
Ahí es nada, ¡te cagas!
La Ronda de Boltaña le dedicó una canción a este arbusto que básicamente da su vida para que otros árboles o arbustos puedan vivir la suya. Respeto.