





De Luz Saint Sauveur al pic du Midi de Bigorre
La madre de todas las puyatas, o la madre que la parió (en Pirineos). Subida al pic du Midi de Bigorre desde Luz Saint Sauveur. El camino ese que sale de la cima del Tourmalet y que cada año que pasa el Tour por allí (que son todos), nos recuerda el gran Carlos de Andrés que la organización se está planteando asfaltarlo para llevar un final de etapa lo más alto posible. En total, más de 2000 metros de desnivel en poco menos de 25 kilómetros, para hacer cima rozando los 2900 metros de altitud. ¡Vaya tela!
La primera parte de la subida (en realidad dos tercios de ella si miramos el desnivel) es la acensión al Tourmalet desde Luz, metiendo la variante de la ‘Vía Laurent Fignon’. Algo más de cuatro kilómetros de recorrido alternativo a lo que es la ‘carretera normal’. En realiodad esta variante es la antigua vía de subida al Tourmalet, que le pregunten a Perico las veces que pasaría por aquí en carrera. Es un tramo pelín más duro que la vertiente principal, pero sobre todo mucho más bonito. ¡Vistas guapas! Se ‘abrió’ en el año 2011 en homenaje al mítico ciclista francés y están cerrados al tráfico (cosa que para los ciclistas mola). Territorio puyata.
2115, ese número mágico que son los metros a los que se corona el Tourmalet. El padre de todos los puertos. Ya no es el más duro, pero siempre será el más mítico. «Muy buena carretera STOP Totalmente aceptable STOP». Y para ‘alante’, claro que sí. Lo que seguramente ni Steines, ni Desgrange, podían imaginar entonces, es que estaban dando a ‘Luz’ (vaya juego de palabras) la subida más reconocible de la historia del ciclismo. Un gigante, como el que tiene en su cima. Después de las últimas obras, han acercado al bueno de Octave a los aficionados (que lo han cambiado de sitio vamos). Para las fotos queda de la leche, un acierto.
Octave Lapize, no os cuento quien era porque ya lo he hecho muchas veces…
Y empieza la tierra. Algo más de cinco kilómetros y medio de pista en bastante buen estado. Tiene una pendiente muy constante que se va endureciendo poco a poco para rozar el 12% de media en su parte final. El puerto es duro, sobre todo por el desnivel que vas acumulando, pero al ser tan constante y no tener grandes picos de pendiente se va haciendo ‘muy llevadero’. Casi lo más complicado en esta parte es ir esquivando a la gente (un 9 de agosto). Menuda peregrinación de caminantes varios. También te digo que lo mismo la mitad no sabían que estaban por encima de los 2500 metros de altitud, por mucho que vayan andando por una pista. Menudo cuadro, pero bueno, seguimos.
Sobre los 2660 metros de altitud termina la pista. Viendo el perfil de la subida, el tipo de camino, la amplitud de esta ‘subcima’, lo mismo tiene razón Carlos y no es tan descabellado llevar un final de etapa de ‘le Tour’ hasta aquí arriba. Igual perdía parte de su encanto, pero viendo lo masificado que estaba ya de gente, no creo que el impacto sobre el terreno fuera mucho mayor con asfalto (en este caso).
Bonus track: porteo rico de bici por senda hasta los 2877 metros que tiene la cima del pic du Midi de Bigorre. Vas a estar viendo todo el rato las antenas y cubiertas del observatorio, como a tiro de piedra, pero tendrás que remar un poco bici al hombro para coronar. Si cuentas las curvas de herradura te van a salir diez. Se hace bastante rápido para lo que parece (o por lo menos eso me ha parecido a mi).
Lo más curioso aquí arriba (además del bonito lac d’Oncets) es como cortan los Pirineos en seco al norte, y todo lo que te alcanza la vista en Francia es llano. Muy diferente a lo que pasa en España, que el ‘descenso montañoso’ es más progresivo. Esto entra en la sección de ‘cosas que no sirven para nada’.