De la vereda del valle de Arán al refugio de la Margalida
Territorio Turbón. Estás en la parte occidental de esta mágica montaña. Subida al refugio de la Margalida desde el inicio de la carretera que llega a Llert. El puerto empieza justo en el cruce con la carretera de Campo.
El macizo del Turbón es una montaña con muchas posibilidades. Le tengo un cariño especial porque la primera ‘gran ruta’ en solitario que hice en Pirineos fue rodearla en bicicleta de montaña. Algo más de 100 kilómetros de BTT que lo tienen todo. Paisajes y lugares espectaculares y sobre todo muchísimo desnivel. Recuerdo terminarla ‘escachao’ y con una sonrisa de oreja a oreja.
Alrededor del Turbón se realizan numerosas actividades de todo tipo y si quieres estar enterado de todas ellas tienes que seguir a Turbón Mágico. Una de las últimas actuaciones que hicieron fue precisamente acondicionar el refugio de la Margalida. Pintura, arreglo de cubierta y cambio de hogar, además de colocar unos merenderos fuera. Ahora es un buen sitio para ir a pasar el día e incluso la noche.
El refugio se emplea como parada obligatoria para pastores y ganado que hacen la trashumancia cada año desde Campo a los Montes de Cerler. Mis respetos para esta gente. Una forma de vida más que respetable. Como curiosidad: por aquí pasaron Mariló Montero y Melanie Olivares acompañando al pastor Zacarías Fivert en el programa ‘Entre ovejas’ de TVE.
El puerto es una mezcla de asfalto y tierra que va claramente de menos a más. Y tanto que va a más, que los últimos cuatro kilómetros pican de lo lindo. Algo más de nueve kilómetros remontando el valle de Bardají, acompañando al río Rialbo, hasta llegar a los 1.430 metros de altitud que tiene el refugio de la Margalida, que es la cima del puerto.
Los primeros kilómetros son suaves y pisando asfalto. Dejas atrás el desvío de Aguascaldas y sigues ganando altura y porcentaje en la pendiente media hasta llegar al desvío de Llert. Aquí tienes que hacer un pequeño giro a la derecha para empezar a pisar tierra.
Las piernas ya empiezan a entrar en calor, pero es pasado el desvío de Esterún cuando la cosa se pone seria y la pendiente no baja del 10%. Canela en rama. Aquí el terreno se cierra bastante por no decir del todo. Estuve grabando en otoño y lo recuerdo como el paraíso de las setas. Si allí no vive David el Gnomo es que no existe (cosa que no creo porque yo a Swift lo he visto unas cuantas veces). Sudando y con el regustillo del olor a seta llegas al refugio. Ya me cuentas cuando vayas si terminas viendo a David, Lisa, Pot, Pat o Hooley.
Una vez arriba, me comenta Eusebio (además de otra información que aparece por el texto) que tienes la opción de bajar por una senda que sale al lado del refugio. «la bajada no llega a ser endurera pero es bastante juguetona». Además, se están limpiando otros senderos para hacer mas bajadas por la zona.