





De Farlete a la ermita de San Caprasio
Estás en Farlete, en la mítica comarca de los Monegros de la provincia de Zaragoza. El desierto de los Monegros, ‘mar de tierra’, escenario en el que se repite jamón y ruge la música electrónica. Paisaje estepario de caminos áridos que ya en el siglo XIX recorría el Bandido Cucaracha, donde el sol entra de pleno y la sombra es solitaria y centenaria.
Bufff, ¡vaya nivel de párrafo!
Farlete se encuentra al sur de la sierra de Alcubierre, en lo que se podría llamar la zona más desértica de un desierto. Esta gente tiene que ser fuerte por narices, te lo digo yo que mi suegro es de allí. Como fuertes son las sabinas, árbol más característico de esta zona. Hace años eran abundantes y su madera se utilizaba como vigas en la construcción de tejados o leña para el hogar. Además, sus ramas servían para alimentar al ganado. Hoy en día, su población es mucho más escasa y su utilidad parece haberse reducido a habitar las lindes de los campos.
A las afueras del pueblo, hacia el norte en dirección a la sierra, sale el camino que te va a llevar a San Caprasio. Justo delante de la ermita de Nuestra Señora de la Sabina empieza el puerto.
La primera parte del puerto es muy llevadera, de pendiente baja y camino bastante ancho. El terreno está perfecto, tanto aquí como durante toda la subida. Pasados los tres primeros kilómetros es donde empezarás a sudar.
La pendiente sube en la parte central del puerto y te va a venir algún que otro repecho. Dejas atrás los desvíos de la Torraza y la Aldea y llaneando por la parte alta de la sierra, llegas a la zona final de la ascensión. Por cierto, cuando fui a grabar estaban de obras, rehabilitando la torre de la Torraza, y según me cuentan en el ayuntamiento «va a quedar de revista».
Pasado el desvío de Alcubierre, encaras el último kilómetro y medio que vuelve a picar un poquito, sobre todo los últimos 200 metros hasta llegar a la ermita de San Caprasio. Punto más alto de la sierra de Alcubierre y cima del puerto.
Justo al lado se encuentran las curiosas cuevas horadadas por los frailes de los Hermanitos de Jesús. Hoy en día las usan grupos de todo el mundo para hacer retiros espirituales y ejercicios de yoga.